Puede que, en más de una ocasión, te hayas preguntado cómo se producen las olas. Veamos todo lo indispensable que necesitas saber.
¿Qué son las olas?
Lo primero que debemos entender, por supuesto, es qué son las olas. No hay surf sin olas, por lo que es indispensable que conozcas a fondo cómo se producen, pero también qué son, ya que ambas cosas vienen de la mano.
Por lo tanto, lo primero es concebirlas como ondas que se mueven a través de la superficie del agua. Se trata de ondulaciones que se generan y que pueden viajar durante miles de kilómetros, todo mientras crecen en tamaño. Es muy complicado medir una ola, aunque las más grandes suelen formarse mar adentro, mientras que las más pequeñas ocurren cerca de la playa.
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¿Cómo se forman las olas?
Para entender la formación de las olas, debemos entender que hay algunos factores que afectan al agua. Las olas, en sí mismas, se generan a través de las variaciones que se dan en la temperatura y la presión de la atmósfera, sin necesidad de que el viento, al menos necesariamente, las afecte.
Al mismo tiempo, los centros de bajas presionas, concebidos como borrascas; y los centros de altas presiones, conocidos como anticiclones, generan los movimientos de aire. O sea, el viento que ocurre a través de estas variaciones y movimientos permiten que se viaje desde los lugares en los que hay más presión hacia los que hay menos.
Por lo tanto, cuando haya una mayor diferencia de presión entre un lugar y el otro, habrá una mayor velocidad en la que se desplaza el viento. El hecho de que el viento se roce sobre la superficie del agua del mar forma algunas pequeñas ondas. Cuando la fricción va en aumento, también lo hará en consecuencia el tamaño de las olas.
Todo esto permite que puedan llegar a generarse olas especiales para el surf, incluso algunas gigantes, como ocurre en el cañón de Nazaré. Por lo tanto, sabemos que las olas variarán según la fuerza del viento, el tiempo o persistencia con la que se pueda a llegar a soplar en un determinado lugar y el área oceánica.
En el caso de los surfers, creemos saber y entender el mar mejor que nadie, en el sentido en que lo concebimos a un sentido práctico. No obstante, para poder leer mejor las previsiones de las olas, también es fundamental entender la teoría. Es decir, por qué hay olas con período mayor que vendrán más claras y ordenadas y por qué otras no lo son tanto.
Factores que influyen en la formación de las olas
Si bien podrías creer que el viento entorpece tu experiencia al manejarte en las olas, la realidad es que se trata del gran aliado y amigo del surfista. Cuando no hay nadie más que tú en el mar, probablemente esté el viento acompañándote. A la vez, hace que las olas se abran y mejoran las condiciones para que practiques el deporte.
Por ende, podríamos decir que el viento es el comienzo de las olas. En alta mar genera que el mar de peine, formando algunas pequeñas crestas. Esas ondas comienzan a crecer gracias a la estabilidad, la constancia de la fuerza y la energía que emite ese viento. Mientras más estable sea, mejor será la ola en términos de grandeza.
No obstante, también es habitual que las condiciones se vean incrementadas en caso de que el fondo marino sea liso y no haya obstáculos en el recorrido de la ola. Esto es así debido a que nada ralentizará la amplia energía que crece del mar, motivo por el cual, al llegar a la playa, se romperán las olas de formas irregulares, con agua que reconocerás como movida.
En este punto, conviene saber que, en la orilla de la playa, la profundidad del agua se achica y el agua acaba muriendo en la arena. La masa de agua aparece con una velocidad y una energía que deriva de la fuerza, la distancia y lo limpio que llega el viento. Al llegar a la costa, esta onda se vuelve más lenta pro el roce del agua con el suelo marino.
El fondo de la onda de agua se vuelve más lenta cuando choca con este, aunque la parte de arriba se mantiene con el mismo ímpetu. Eso provoca la cresta que la ola rompe, por lo que, según el fondo marino, se creará un tipo de ola u otra. De ahí a la diferencia existente entre las olas más brutales y otras que son más suaves.
Si te gustan las olas más potentes, te habrás dado cuenta de que los cambios bruscos de arena o de fondos, como ocurre con las rocas o los corales, provocan una fricción más intensa. Esto hace que la energía de movimiento forme olas más agresivas, rompiendo de forma súbita y mucho más poderosa.
Tipos de olas existentes
Ya sabemos qué son y cómo se forman las olas. Ahora, deberíamos averiguar cuáles son los distintos tipos que existen. De acuerdo con la dirección hacia la que rompen, podemos dividirlas en “olas de derechas” y “olas de izquierdas”.
Las olas de derechas son las que, cuando las surfeás, te desplazás hacia la derecha. Generalmente, tienen un pico en la zona más alta que provoca que se rompan de forma progresiva hacia ese lado. Las olas de izquierdas, en cambio, te harán desplazarte hacia la izquierda, teniendo un pico en la zona más alta que rompe de forma progresiva hacia allí. Por lo tanto, aquí importa la dirección.
Después, también podemos tener en cuenta el lugar de formación de las olas. Existen 2 tipos de olas. Las de viento se producen por el efecto del viento en el agua del mar, creándose a poca distancia de la costa, generando olas de baja calidad, pequeñas y con una gran inestabilidad, que casi siempre rompen de forma precipitada, debido a que provienen de varias direcciones.
Las olas de mar de fondo, en cambio, son las de mayor calidad y tamaño, dado que se generan a miles de kilómetros de donde rompen. Por lo tanto, llegan a la costa con un período mucho más largo y permiten que disfrutes de las características que tanto te agradan, debido a que se viene “preparando” de a una mayor distancia.
También existen olas según el tipo de fondo marino. Básicamente, son 3. La primera es la ola con fondo de arena, menos peligrosos que los que podemos ver en la roca y arrecife, aunque con un índice más alto de inestabilidad, provocando que sean irregulares y con cambios en las mareas y las corrientes.
Las olas con fondo de roca rompen sobre una piedra o una roca, teniendo un entorno mucho más estable, ya que casi nunca hay variaciones. No obstante, son peligrosos para los surfistas amateurs, por lo que no te recomendamos que practiques el deporte ahí hasta que no tengas experiencia.
Por otra parte, las olas con fondo de coral son muy similares a las de las rocas, con la diferencia de que se tratan de organismos vivos. Son estables y con pocas condiciones de cambios, aunque hay una mayor oxigenación y permite que la transparencia nos deje ver lo que tenemos por debajo.
También hay otras 4 categorías importantes de olas en términos generales. Las primeras son las de oscilación, que se generan con variaciones a nivel del mar, en la superficie. No es que el agua avanza, sino que, simplemente, se dan giros para subir y bajar, por lo que es habitual que ocurra a kilómetros de la costa.
Las olas de traslación se generan cuando el mar avanza y choca contra el fondo marino, variando la superficie. Ocurren habitualmente cerca del litoral, por lo que estarás habituado a ver que tienen una gran cantidad de espuma.
En cuanto a las olas forzadas, vemos que son las que se dan por temporales del mar a raíz del viento. Se trata de olas imposibles de surfear, dado que no hay previsiones para saber cómo serán cuando llegan a la costa, por lo que también son peligrosas.
También las olas sísmicas, que son provocadas por terremotos, explosiones volcánicas e incluso el movimiento de las placas tectónicas, todo a altas velocidades. Por lo tanto, hay enormes dimensiones y fuerzas en ellas, por lo que pueden ser aterradoras, incluso para los surfistas experimentados.
Por último, no podemos dejar de mencionar a los tipos de olas que se generan al romper. Tenemos a las olas huecas, que son las que vemos una cresta que sobrepasa a la base, generando un cilindro en el interior. Se trata de las idóneas para surfear, debido a la facilidad de la maniobra.
Las olas tubo son una variación de las anteriores, donde la parte superior se levanta tanto que cierra un tubo en su interior. Se trata de las que todos los surfistas sueñan, en el sentido en que se puede tener la pared de la ola rodeado por ella.
Vemos las olas onduladas, donde la base está más adelantada que la parte ola. A veces no llegan a romper o son puramente espuma, por lo que no tendrán demasiada pendiente.
Para finalizar, las olas orilleras son las que rompen cerca de la orilla, siendo peligrosas debido a que la caída da contra el fondo.
Ya sabes todo sobre la creación, los tipos y las características de las olas. ¡Esperamos que aproveches este conocimiento para que surfees de maravilla!
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